- La Alcaldesa califica de “insostenible” la situación que atraviesan los sectores de la restauración y del ocio nocturno.
- En Lanzarote no hay presión hospitalaria que aconseje estar en la fase 2.
La Alcaldesa de Arrecife vive intensamente su Ciudad, por lo que día a día palpa el descontento y el nerviosismo del comercio local, autónomos y pequeñas empresas – mayoritariamente del sector del ocio y la restauración-, que se ven obligados a despedir a sus empleados ante la permanencia de la isla en Fase 2 por imperativo del Gobierno de Canarias.
“Los perjuicios económicos son de tal calibre, matiza Ástrid Pérez, que muchos de ellos han contratado al personal hace quince días y se ven en la necesidad de enviarlos de nuevo al paro, por lo que pido al Gobierno de Canarias el paso de Lanzarote y La Graciosa al nivel 1 de alerta COVID, ya que se ha constatado que no tenemos esa gran presión sanitaria, ni es significativa la curva de los positivos en la isla”.
Para la máxima responsable municipal, “por prudencia se ha esperado a ver la evolución del acumulado de esta semana, pero es obvio que no hay motivos razonados que justifiquen el que a día de hoy sigamos estando en este nivel, y – según explica en nota de prensa- el Consejo de Gobierno Canario debe ser más objetivo y atemperar la toma de decisiones a la situación sanitaria de cada isla”.
Astrid Pérez incide en la queja continuada que recibe, “por parte del pequeño y mediano empresario local, sobre todo de los sectores de la restauración y del ocio nocturno, por los cuantiosos perjuicios económicos que esta decisión continuada les acarrea”, indicando que “han soportado la situación como han podido, acumulando pérdidas y más pérdidas, confiados en la recuperación de agosto y septiembre que no les llegará, dadas las limitaciones sanitarias a las que obliga la fase 2”.
“Lo cierto es que se preveía para Lanzarote una ligera recuperación económica en esta época estival, nada comparable a las cifras de otros años, pero sí lo suficiente para que no se incrementará la presión asistencial en el área de Servicios Sociales, algo que de continuar en fase 2, será una dura realidad. Por lo que, me reafirmo en que no hay argumentos epidemiológicos que justifiquen esta agonía para el desarrollo económico de Lanzarote”, asegura Astrid Pérez.