- Los Populares insisten en que la situación es insostenible: es imposible atender a la inmigración y mantener la seguridad con el número de policías nacionales que existen actualmente
- Los servicios de atención y asistencia están absolutamente desbordados.
Las avalanchas de inmigrantes en las últimas semanas y la llegada masiva de embarcaciones en las últimas 24 horas, con seis pateras en poco más de 12 horas, requiere de una intervención inmediata del Gobierno del España con el fin de movilizar efectivos de la policía nacional con los que poder hacer frente a la situación de saturación y precariedad que se está viviendo en la isla.
Llegados a este punto no valen ni mentiras ni excusas por parte del ejecutivo de Sánchez y del propio Gobierno de Canarias que está demostrando su invalidad y sumisión a la hora de reclamar los efectivos precisos para atender el incremento de inmigración irregular. Una inacción y una falta de respuesta por parte del Gobierno del Estado que ya resulta vergonzoso cuando vemos cómo tanto la policía nacional como la guardia civil se encuentran totalmente desbordados.
Y es que si ya desde hace algún tiempo la atención a los inmigrantes estaba concentrando el trabajo de los limitados efectivos de la policía nacional destinados en la isla, la llegada masiva de inmigrantes ilegales en las últimas horas está dificultando enormemente incluso estas labores.
Cabe recordar que la alcaldesa de Arrecife y presidenta insular del PP, Astrid Pérez, alertaba la pasada semana de la escasez de policías nacionales y la necesidad urgente de ampliar las plantillas para poder seguir garantizando la seguridad de la ciudadanía. Ahora que, desgraciadamente, se están cumpliendo las previsiones del auge migratorio en estos meses de mar en calma es cuando se evidencian mucho más las deficiencias de un sistema abandonado por la dejadez del gobierno, incapaz incluso de cumplir con la instalación del SIVE para evitar las tragedias y las muertes en el mar. Dramas de estas travesías que, desgraciadamente, se han vuelto a repetir en las últimas horas con el fallecimiento de uno de sus ocupantes.